Durante casi todo el año se registraron medidas de fuerzas como consecuencia de la crisis del costo de vida en el país. El Gobierno se resiste a otorgar aumentos, con el argumento de que podrían impulsar aún más la inflación, que está en su punto más alto en 40 años con un 11,1% anual en octubre.
Reino Unido podría sufrir este diciembre una paralización masiva de los servicios básicos por las huelgas anunciadas por trabajadores de la salud, el transporte y la educación para pedir aumentos salariales y mejores condiciones laborales, en medio de la crisis generada por la alta inflación, una situación que amenaza con replicar el “invierno del descontento” registrado en el país a fines de los años 70.
Personal de enfermería, paramédicos, trabajadores del correo, empleados de ferrocarriles, bomberos, choferes del transporte público y profesores universitarios, entre otros, anunciaron medidas de fuerza, mientras el Gobierno se resiste a otorgar aumentos, con el argumento de que podrían impulsar aún más la inflación, que está en su punto más alto en 40 años, con un 11,1% anual en octubre.
Las huelgas se suman a otras medidas de fuerzas que se han registrado durante casi todo el año como consecuencia de la crisis del costo de vida en el país, debido a la alta inflación provocada en parte por la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit), las secuelas de la pandemia y la crisis energética generada por la guerra en Ucrania.
La crisis se agravó con la fallida propuesta económica de la ex primera ministra Liz Truss, la jefa de Gobierno que estuvo menos tiempo en el cargo, que provocó una turbulencia en los mercados, el desplome de la libra y el encarecimiento de las hipotecas.