Luiz Inacio Lula Da Silva nuevamente es presidente de Brasil. Tras ser investido en el Congreso leyó un largo discurso estructurado en dos ideas básicas: el nuevo gobierno se abocará a la reconstrucción del país, al que consideró destruido por su predecesor, Jair Bolsonaro, y luchará contra la pobreza como ya lo hiciera durante sus dos primeros mandatos.
El líder del partido de los trabajadores reivindicó que los pobres y la clase trabajadora estén dentro del presupuesto y aseguró que el proyecto económico del país irá de la mano con la preservación del medio ambiente. Prometió “deforestación cero” en la Amazonia y resaltó que no es necesario talar ni un árbol más para mantener el pujante sector agrícola del país.
El analista internacional, Carlos Pérez Llana, resaltó como nombre clave y responsable de esta compleja transición brasilera al vicepresidente Geraldo Alckmin. “Esta alianza fáctica que junta el hambre, la miseria y el apoyo a Lula en el Nordeste, y la presencia de este vicepresidente me parece que conforman un buen tándem”, enfatizó el analista.
Dijo también que Jair Bolsonaro fue un hombre que dejó al país total y absolutamente aislado. Las relaciones históricas de Brasil con el mundo fueron excelentes, pero acá se peleó con todos y fue negacionista. “Negó a Biden, negó al mundo como también negó los problemas ambientales y en lo interno negó la pandemia”. Lula deberá entablar alianzas basado en un discurso amistoso y no revanchista. No tiene mayoría en el Congreso, así que estará obligado a negociar.
Alberto Fernández mantuvo ayer una reunión bilateral con Lula. “Argentina y Brasil son países indisolublemente unidos y ningún momento político puede perturbar eso”, dijo el presidente argentino. El próximo 23 de enero, Lula visitará nuestro país. “Los dos estamos convencidos que el mundo ha cambiado y que las regiones tienen un nuevo rol para cumplir dentro de la globalización”, aseguró Fernández.
Se avanzó en la redacción de un acuerdo de integración bilateral energética financiera y de intercambio comercial. El ex embajador argentino en Estados Unidos, Brasil y China, Diego Guelar aseguró en declaraciones a CNN Radio que la relación con el país vecino “no pasa por una cuestión ideológica o de gustos”. La relación es con Brasil. Alberto Fernández se negó durante cuatro años a conversar con Bolsonaro.
“Brasil es Brasil y hemos perdido mucho tiempo. Querer apropiarse del triunfo de Lula no está bien. Hay que desprenderse de todo eso y poner eje en los intereses argentinos y brasileros”, aclaró Guelar.
Lula Da Silva (77), es el primer político brasileño que llega tres veces a la presidencia. En 2018 fue condenado por corrupción en la causa conocida como “Lavajato” e inhibido de por vida para ocupar cargos públicos. Pasó 538 días en prisión y en noviembre de 2019 recuperó la libertad y sus derechos civiles y políticos. El beneficio resultó de la anulación de la condena dictada de manera unánime, por el tribunal supremo de Brasil, tras determinar que el juez Sergio Moro no había actuado con imparcialidad.
¿Cómo va a gobernar Lula cuándo la mitad del país votó por su adversario, y cómo intentará en condiciones más desfavorables que en sus dos primeros gobiernos, sacar de la pobreza a tantos millones de compatriotas?