Editorial

Una visita que no entusiasma a nadie.

El presidente de la Nación, Alberto Fernández llega hoy a Mendoza para inaugurar la obra de ampliación y refuncionalización del sistema de recolección y tratamiento de efluentes cloacales en El Paramillo, Lavalle.
También anunciará la finalización de la construcción del Complejo Penitenciario Federal, en Cacheuta, Lujan de Cuyo.
Esta es su tercera visita oficial a la provincia desde que asumió a la presidencia, pero en esta oportunidad, no genera entusiasmo ni en las filas del propio peronismo mendocino, y mucho menos en el gobierno de Rodolfo Suárez, quien expresó la decisión de no acompañar al mandatario nacional en su recorrida.
“Es una visita a modo de campaña y a 15 días de haberle pegado el golpe más fuertes a los mendocinos, Yo no puedo ser hipócrita y sonreír al lado del presidente”, sostuvo Suárez al referirse al enojo causado por el laudo favorable de Portezuelo del viento.
El ministro del interior Wado De Pedro, cargó contra el gobernador por no recibir al presidente en su visita a Mendoza. Dijo que “es un viaje oficial y tiene por objetivo inaugurar una obra que mejorará la validad de vida de los 340 mil mendocinos, que generó 250 puestos de trabajo y requirió una inversión de más de 3 mil millones de pesos del gobierno nacional para Mendoza”, al referirse a la planta purificadora de Paramillo.
Pero el golpe más fuerte directo a la mandíbula de Alberto Fernández lo recibe de su propio partido o frente político. Las actuales figuras del PJ Mendoza, la senadora Nacional Anabel Fernández Sagasti y la intendente de Santa Rosa y presidente provincial del Justicialismo, Flor Destéfanis, no lo acompañaran ni para la foto protocolar.
Sobre Anabel argumentaron que debe viajar a Buenos Aires para retomar su actividad en el Senado; ella pertenece al núcleo ultracristinista y es miembro de la “Cámpora”, claramente no comulga con Alberto. Incluso la legisladora criticó hace poco días la postura del presidente a favor de La Pampa al pedir un nuevo estudio de impacto ambiental para la obra de Portezuelo.
Por su parte, la flamante titular del PJ provincial avisó que no podrá acompañar la visita de Fernández por que tiene prevista una semana de vacaciones con su familia desde hace muchos meses.
Hasta el senador provincial Lucas Ilardo -muy activo en sus redes- se encuentra también de vacaciones.
Este vacío o desplante a la presencia de Alberto hoy en Mendoza, es una señal muy evidente de su poco poder político y de su imagen que perdió fuerza a nivel nacional y hoy nadie pone un peso por él.
Incluso la decisión de muchos intendentes peronistas de desdoblar las elecciones municipales ya marcó una tendencia de querer despegarse a toda costa de la figura presidencial, que a diferencia de la cotización del dólar blue y de la marcha de la inflación en el país, va en caída libre.

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