MENDOZA

Valioso hallazgo sobre el dolor crónico realizaron investigadores de la UNCuyo y el Conicet

Cristian Acosta, Investigador del Conicet en el Instituto de Histología y Embriología de Mendoza (IHEM, CONICET-UnCuyo), conversó en  “Tres para vos”, por FM 92.9 Continental San Rafael sobre esta investigación que demuestra que los blancos terapéuticos para el tratamiento del dolor sufren cambios durante la vida.

Los investigadores descubrieron que los blancos terapéuticos evaluados para el tratamiento del dolor crónico se modifican durante la vida. Los datos cambian los paradigmas actuales y muestran que las drogas que se utilizan actúan diferente en jóvenes y en adultos mayores. De ese modo se estima que podrán mejorarse los tratamientos. Este hallazgo, realizado en la Facultad de Ciencias Médicas en la capital mendocina, es considerado clave para mejorar el tratamiento del dolor crónico de acuerdo con la edad del paciente.

El 50% de los pacientes que sufren de dolor crónico no logra un control adecuado y eficiente de su dolor, por lo que su calidad de vida se degrada y aparecen variadas comorbilidades. “En relación al dolor, por ejemplo un dolor de cabeza, una migraña, los blancos terapéuticos es donde van a trabajar sobre tu cuerpo una molécula, una proteína en el sistema que queremos cambiar para aliviar el dolor. Este tema es de importancia social económica, porque se plantea cuánto le cuesta al estado que una persona no pueda trabajar o llevar una vida normal”, explicó Cristian Acosta, director de la investigación. Y agregó que “esta realidad es aún más pronunciada en personas mayores de 65 años, grupo en el que la incidencia de fallo terapéutico para el dolor crónico de origen patológico se acerca al 70%, y apunta a una medicina personalizada que hacia donde apunta la medicina actual”.

La investigación del equipo fue publicada en la revista científica Biogerontology y buscó examinar el efecto que el envejecimiento tiene sobre la función del sistema sensorial periférico, que es el encargado de detectar y responder a estímulos de tipo mecánico y térmico. “Este sistema nervioso periférico incluye a las neuronas aferentes primarias que se ubican en los ganglios de la raíz dorsal. Estas neuronas están altamente especializadas en la detección de diferentes sensaciones y para ellas utilizan proteínas específicas” expresó. Estas proteínas –cuatro específicas- cumplen roles importantes en las alteraciones sensoriales que acompañan al dolor crónico, cambian a lo largo del envejecimiento y así ver qué roles cumplen normalmente en distintas edades.

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