En el marco de la reciente cumbre de la CELAC (Comunidad de los Estados Latinoamericanos y Caribeños) realizada en Buenos Aires, hubo encuentros bilaterales entre los presidentes de Brasil y Argentina, para avanzar en temas de integración y comercio. Entre ellos, la posibilidad de una moneda común entre ambos países y otros de toda la región que quieran sumarse.
Pero sabemos que son innegables las oportunidades de desarrollo que presenta Brasil para el crecimiento económico nacional y provincial. El contexto mundial está cada vez más condicionado por el encarecimiento de los costos logísticos y energéticos. La regionalización –a través del Mercosur- trae cada vez más ventajas que podrían aprovecharse por la cercanía del país de Lula, un mercado natural tanto para Argentina como para Mendoza.
El economista Raúl Mercau, director de la carrera de Ciencias Económicas de la UNCuyo, expresó que Mendoza tiene una gran oportunidad relacionada con su ubicación geográfica estratégica como corredor bioceánico, algo que históricamente ha impulsado la provincia.
“El 75% de lo que se comercializa para por “Cristo Redentor” y es importante no perder esa posición e incluso, afianzarla a partir del desarrollo de otros pasos”, opinó Mercau. En este contexto es importante desarrollar un verdadero plan para convertir a la provincia en un polo logístico que le daría impulso renovado a nuestra economía.
El presidente de la fundación Pro Mendoza, Alfredo Cecchi, comentó que este es un gran momento de revalorización del Mercosur en donde Mendoza va a tener posibilidades reales de aumentar su s exportaciones a Brasil. Tanto las tradicionales como ajo, fruta industrializada o fresca, aceite de oliva y vino, como las no tradicionales.
Entre estas se destaca la esperanza que abre la mina de potasio en Malargüe. “El potasio es el principal recuperador del suelo que utiliza Brasil y es lo que le permite ser una de las potencias alimentarias ya que sus suelos son bastante pobres”, explicó Cecchi.
Brasil presenta falencias en el sector energético por lo que, con sus desarrollados en Vaca Muerta, Argentina se podría posicionar como una alternativa importante de abastecimiento si se termina el gasoducto y se desarrollan otros emprendimientos.
Si bien las afinidades políticas son importantes para la fluidez de las relaciones comerciales entre los países, los números muestran que también lo es la economía ya que durante la presidencia de Jair Bolsonaro el comercio no se resintió y hasta se profundizó en algunos casos. El principal freno, según el economista Sebastián Laza, parra por las condiciones macroeconómicas como el tipo de cambio y la inflación que dificultan las posibilidades para los sectores exportadores. Coincido en que la principal traba tiene que ver con las reglas de juego que no brindan confiabilidad, así como las diversas cotizaciones del dólar existentes.
Para que haya inversión extranjera deben darse algunas condiciones previas que tienen que ver con un ambiente de respeto a las normas o al contexto institucional, respeto por la propiedad privada y la posibilidad de remitir las ganancias o parte de ellas a los países de origen. También es básico la infraestructura de servicios y comunicaciones, algo que debe ser impulsado por el sector político.