Existe una causa judicial a cargo de la jueza federal María Romilda Servini y el fiscal Federico Delgado, sobre la que se impuso el secreto de sumario. Según fuentes judiciales, se investigan dos delitos: trata de personas y falsificación de documentos.
El interrogante es por qué las mujeres rusas embarazadas llegan solas a nuestro país y por qué declaran al ingresar domicilios en que después no las encuentran. ¿En qué consiste el delito de trata de personas en este caso? La explicación que dan quienes trabajan en el expediente es que se podría contratar una chica embarazada en Rusia, se le paga el viaje y todos los gastos, viene a la Argentina, da a luz, inscribe el bebé como propio y de un padre que no es, con lo que ese padre que no es consigue el pasaporte argentino.
Nuestro país no tiene forma de chequear que es padre es el padre y se habla de sustitución de identidad. ¿Puede haber un ilícito relacionado con los bebés mismos? En principio, no hay sospechas sobre ese punto: las madres y los bebés vuelven a Rusia tras un mes y medio de estadía y lo que parece la parte más oscura de la trama es justamente una supuesta maquinaria que queda después para tramitar la nacionalidad en la Justicia civil.
En el Registro Nacional de las Personas no hay datos de cuántos pasaportes se otorgaron el último año a bebés cuyas madres son rusas. Aseguran que este dato no es sencillo se rastrear. A partir de todo lo sucedido se ordenó también una investigación para precisar lo que está pasando.
Una mujer que da a luz en la Argentina, tiene un hijo argentino, eso está claro. Y ella misma puede obtener la nacionalización sin esperar dos años, porque un decreto, el 3213/84, segundo párrafo, inciso F, la habilita. Y lo mismo ocurre con el supuesto padre.
La jueza Servini busca saber si hay alguna trama en los jueces que firman las nacionalizaciones en cinco meses, en un trámite que es inusualmente rápido. En la causa judicial habrían aparecido certificados de domicilio falsos, en esos mismos trámites.
Resulta sorprendente el creciente número de parejas rusas que vienen a dar a luz en nuestro país, tanto en hospitales públicos, como en sanatorios privados, En 2022, llegaron más de 10.500, pero 7.000 se fueron con sus pasaportes listos o en trámite.
En los últimos días, seis embarazadas llegadas desde Rusia, una de ellas cursando la semana 32, fueron advertidas respecto de que serían deportadas. El abogado que las defiende denunció una supuesta situación de violencia hacia ellas y adujo que no podían salir del aeropuerto ni recibir asistencia médica.
El mismo abofado denunció que una red mafiosa contacta a mujeres rusas que llegan con la promesa de obtener ciudadanía argentina para luego también capturarlas.
“Hay una investigación judicial que está detrás de estas bandas que traen a mujeres y hombres, y atrás hay un negocio millonarios”, afirmó la directora de Migraciones, Florencia Carignano. Nuestra política inmigratoria ha sido siempre amplia. Buena parte del país se ha formado con inmigrantes. ¿Se debería mantener la política de puertas abiertas que nos ha caracterizado?