El presidente ruso Vladimir Putin, elevó ayer el desafío a Occidente al asegurar que nada frenará su guerra hasta el final porque considera a Ucrania “territorio histórico de Rusia. “La verdad está en nosotros”, aseguró.
Anunció también la suspensión del último acuerdo para el control de las armas nucleares con Estados Unidos que ambos países mantienen en vigor. “No se puede vencer a Rusia en el campo de batalla”, dijo Putin.
Insistió en que su objetivo va más allá de controlar la región de Donbás, porque “el propósito de Occidente es quitar a Rusia los territorios históricos que hoy se llaman Ucrania”, expresó en su discurso ante la Asamblea Federal. En su reciente visita a Kiev, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en calidad además de comandante en jefe del ejército estadounidense y quien está proporcionando el grueso de las armas y la munición que Ucrania necesita para repeler o neutralizar las ofensivas rusas, reiteró su apoyo sin límites a Volodímir Zelenski -presidente de Ucrania- y anunció un nuevo paquete de ayuda militar de 470 millones de euros.
Esta semana se cumple el primer aniversario de guerra iniciada por Putin y son abundantes las voces que demandan negociaciones de paz, a las que se ha añadido el anuncio de Pekín de una iniciativa que quiere someter al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y que ha sido acogida con notable recelo por las cancillerías occidentales.
El líder ruso dijo “ellos (Occidente) empezaron la guerra y nosotros utilizamos la fuerza para pararla”. El presidente Joe Biden, ofreció ayer un discurso en Varsovia en el que defendió el principio de soberanía y expresó su compromiso con Ucrania y con la defensa del flanco Este de la OTAN. “Hace un año la gente se preparaba para la caída de Kiev. Acabo de volver de ahí y puedo reportar que se mantiene firme. Y, sobre todo, Kiev se mantiene libre”, aseguró.
Biden dijo que Putin “pensó que los autócratas como él eran duros y que los líderes de la democracia eran blandos. Y entonces se encontró con la férrea voluntad de Estados Unidos y de las naciones de todo el mundo que se negaban a aceptar un mundo gobernado por el miedo y la fuerza”.
“Ucrania nunca será una victoria para Rusia, nunca”, enfatizó el presidente norteamericano. Las dos grandes preocupaciones de los ciudadanos rusos son la movilización de 300.000 reservistas decretada por Putin en septiembre y una posible nueva ofensiva, que se podría desencadenar en las próximas horas con motivo del primer aniversario de la guerra, y que la OTAN considera que ya ha comenzado.
El gobierno de Kiev está convencido, de que la condición necesaria para la defensa contra el ataque de Putin es que los aliados deseen y trabajen para ese fin. Esa es también la posición de Washington, según se puede deducir de la visita sorpresa de Biden a una capital en guerra y en un momento especialmente decisivo, a las puertas de una primavera que con toda posibilidad aumentará la intensidad bélica.