Desde La Plata, Pablo Stringa, médico veterinario integrante del equipo de investigadores de Conicet que colaboró en el primer trasplante de intestino donado por un paciente en asistolia, a una nena de 13 meses, conversó con “La Brújula” por Continental San Rafael, 92.9 sobre la relevancia a nivel mundial de este hecho y de la importancia de concientizar sobre la donación de órganos.
El equipo liderado por Stringa forma parte del Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos del Conicet y del Laboratorio de Trasplante de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata. El aporte de estos científicos fue fundamental para lograr este trasplante que se hizo en España a una nena de 13 meses. “Me tocó ser la cara visible de este trabajo pero detrás hay un equipo inmenso, yo soy médico veterinario, hay bioquímicos, biotecnólogos, médicos cirujanos, enfermeros, personal administrativo”, contó Stringa. Señaló que hace una década que viaja todos los años a España y pasa 5 o 6 meses allá, ya que la colaboración con el equipo del cirujano Francisco Hernández es muy intensa. Y agregó que “además de esta noticia que es la donación en asistolia, tenemos muchas líneas de investigación siempre con la intención de mejorar la calidad de vida de las personas trasplantadas y aumentar la cantidad de donantes, porque estar en una lista de espera aguardando un órgano es una situación muy angustiante”.

Relató que la historia con el grupo de España “se remonta a 2011, recién iniciaba mi carrera en el mundo de la investigación y le escribí a Francisco Hernández. Desde entonces trabajamos juntos en investigación, él es cirujano pediátrico abocado a todo lo inherente al trasplante intestinal”. Afirmó que desde el laboratorio buscan responder a “aquellos problemas que se suscitan en el escenario clínico. En Argentina y a nivel mundial hay escasez de donantes en relación a la gente que está en una lista de espera, ya sea para un trasplante de intestino o cualquier otro órgano”. Destacó Stringa que “esa fue una de las problemáticas que despertaron el interés en nosotros, para que nos pongamos a estudiar y a evaluar estrategias que permitan aumentar el número de donantes. De ahí surge la posibilidad de estudiar pacientes en asistolia, que son aquellos donantes que mueren por una parada cardíaca”.
Dijo que a lo largo de la historia de trasplantes nunca se había utilizado este tipo de donantes, “generamos la evidencia en el laboratorio para que en junio de 2022 el equipo del hospital Universitario de La Paz, en Madrid, pidiera un permiso de excepción porque Emma estaba muy delicada y por primera vez se utilizó un intestino proveniente de un donante en asistolia, o sea una persona que había fallecido por parada cardíaca y se hizo el trasplante en Emma”. Para que lo estudiado en laboratorio tenga un impacto social requiere de muchas fases previas de investigación, de validación de los resultados y permisos de las autoridades nacionales. “No teníamos evidencia en humanos, solo los resultados de laboratorio, así se presentaron a la Organización de Trasplantes de España que autorizó para que se efectúe por primera vez”.
Más allá del trabajo científico, “lo importante es que se difunda esta noticia para que haya mayor concientización y educación respecto a la donación de órganos. Argentina tiene una tasa de 20 donantes por millón de personas y España, que es pionera y tiene la tasa más alta en el mundo, tiene 40 donantes por millón. Por eso es fundamental que se entienda la importancia de donar órganos”.