“Sabemos que no estamos bien y que tenemos muchos problemas de largo arrastre, muchos de ellos pre pandémicos, pero siempre el comienzo de clases es momento de felicidad y no sólo por los alumnos y maestros, sino toda una sociedad apuesta a sus futuras generaciones”. Esto lo dijo Flavio Buccino, quien es referente de “Argentinos por la educación”, docente y especialista en gestión educativa. Por eso, Buccino consideró que “hay que ponerle pilas para sentir el optimismo y que este año vamos a empezar a encarar transformaciones que mejoren la calidad de lo que los chicos aprenden”.
“Cuando surgió el problema de la pandemia, muchos países del mundo decidieron cerrar escuelas y transferir mucho de lo que se aprendía a través de internet. En ese momento nos dejamos estar y, no pensamos en cómo era volver a la escuela y a qué volvíamos. Volvimos en algunos casos casi igual que cuando nos fuimos. En otros mejoramos y recuperamos la imagen de que los chicos necesitan y lo que hacen los docentes dentro de la escuela”, destacó. “Hay un pacto de la pandemia en términos de aprendizaje y hay que seguir relevando esas pérdidas que hubo para mejorar los programas que tengan que ver con el apoyo de los pibes que se quedaron en el camino”. Finalmente, Buccino advirtió que algunos no volvieron y ese también es el tema. “Los gobiernos tienen que pensar que la pandemia, aunque siga o no, siga en términos estrictamente médicos, tuvo un impacto y hay que recuperarlo a lo largo de la trayectoria de cada uno de los chicos”, concluyó este experto.
Volver a clases es renovar el pacto socioeducativo escuela familia, tratando de brindar un lugar a padres y madres que favorezca el acompañamiento y el sostén del principio de autoridad pedagógica tan necesario. Si ayudamos a gestionar las emociones y a ser empáticos con el otro, podremos funcionar como equipo, donde sumemos humanidad a los tiempos turbulentos en los que nos toca vivir. Esto lo dice Liliana González, psicopedagoga y docente de cursos virtuales.
Un párrafo especial merecen los que darán los primeros pasos en la escuela. Ese punto de partida no es igual para la niña o niño que ya se despegó de sus figuras parentales y tiene experiencia en guarderías o jardines maternales que para aquel que vivirá por primera vez ese despegue. Los ya escolarizados viven el regreso a clases según su momento personal y las experiencias previas, tanto académicas como sociales.
Ojalá estén rodeados de adultos atentos a los signos de algún malestar para atenderlos y hacer los cambios necesarios. Ojalá sea un momento en el que los preparativos incluyan la alegría a sabiendas de que para madres y padres pueden surgir problemas de presupuesto y de logística. Lo ideal es no hacerles sentir que ir a la escuela es un peso, pero que sí tiene un costo a valorar, por lo que el cuidado de sus vestimentas y útiles es algo a transmitir, dice también Liliana González.
Ojalá. Ojalá se los pueda acompañar lo justo y necesario, para que se apropien del aprendizaje como algo personal en busca de la autonomía, descubriendo sus capacidades y trabajando las dificultades.